Si nos hubiéramos conocido entonces, créeme: me acordaría de tu corte de pelo y tu de mis pezuñas, no nos habríamos perdonado las pintas y estaríamos deseando matarnos a base de taconazos forrados de piel de serpiente sintética color moco fosforito.
Además, yo, con ese crepao', estaría en las Fiji rascándome la silicona y comprobando las pensiones ingresadas por Axl, Bon Jovi y el de Spandau Ballet. Habría hecho que Sebastian Bach se injertara melena platino y los Martinis los criticaría con la Lauper.
Y prefiero estar echándote de menos desde blanes, así soy yo, qué quieres que te diga.
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